jueves, 30 de marzo de 2017

Jan Matejko: la exaltación del pasado.

Jan Matejko es considerado el mejor pintor polaco de todos los tiempos, y fundador de la escuela nacional de pinturas históricas. De origen polaco germano, vivió entre 1838 y 1893,  fue octavo hijo de once. Toda su vida estuvo inmerso en una época en la que Polonia experimentaba una profunda crisis social y política resultado de la ocupación austriaca y rusa. Durante su infancia presenció el bombardeo de Cracovia por parte de los austriacos (1848) que puso fin a la 'libertad' de la ciudad como respuesta a los intentos de liberales y nacionalistas polacos que pretendían revertir las consecuencias de la anterior revolución burguesa de 1830, la cual al ser sofocada, dió paso un proceso de avance del Imperio Austro Húngaro al oeste y rusificación al este con el que se pretendía tener un control más efectivo del territorio polaco recién anexado al Imperio Ruso.

Entre 1852 y 1858 estudió en la Escuela de Artes de Cracovia. En 1859 viajó a Münich donde fue discípulo de Hermann Anschütz (1802-1880), pintor alemán asociado a la escuela de pintura de Düsseldorf. A su regreso a Polonia apoyó el levantamiento o insurrección enero, 1863, mediante contribuciones económicas pues su salud era muy delicada. Al año siguiente contrajo matrimonio y se unió a la Sociedad Científica de Cracovia. En la exhibición mundial de París de 1867 fue galardonado con la medalla de oro por sus pinturas, al ser consideradas por los críticos franceses como las más representativas pinturas históricas europeas, lo que a su vez le valió un amplio reconocimiento internacional.

La importancia de sus obras radican en el alto contenido histórico que poseen, mucho más exacerbado tras la derrota del levantamiento de enero, ya que apelaron a la identidad nacional y a un pasado lleno de grandes victorias e influyentes personajes. Matejok también realizó muchas obras de carácter religioso, toda su producción en cuanto a pinturas de temática histórica se encuentra dividida en dos grupos: el primero, responde a la necesidad de crear y consolidar una conciencia nacional,es decir, resaltó una identidad basada en un pasado común que diferenciaba a los polacos de otras grupos europeos, esto lo plasmó por medio de representaciones de enfrentamientos bélicos contra ellos; El segundo grupo es resultado directo de la insurrección de enero y la política rusa que le siguió, según explica Geoffrey Bruun al referirse al cambio en la política interna del Zar Alejandro II (1855-1881) de unas reformas medianamente liberales a un conservadurismo muy marcado: Esto causó que la represión a otras formas de nacionalismo y de resistencia antirusa fueran mucho más intensas que antes. 

"...el estallido de una revolución en Polonia (1863) intimidó al zar liberador, y a medida que su gusto por los experimentos disminuyó los eslavófilos recuperaron su influencia. Habían considerado que la civilización de la Santa Rusia era una cultura excepcional,  y pensaban que debía dejarse evolucionar la sociedad rusa conforme a sus propias normal sociales y religiosas y que no se le debían imponer tradiciones occidentales. Hacia 1867, los ideales de Ortodoxia, Autocracia y Nacionalismo iban recuperando su influencia y la esperanza de nuevas reformas de eclipsó..."

A partir de este momento las obras de Jan Matejko se caracterizaron por resaltar famosos eventos de la historia polaca que no entraban directamente en relación con la dominación rusa, probablemente por temor a represalias. Representó grandes batallas desde Boeslao I, la Unión Polaco Lituana, el levantamiento de los cosacos ucranianos contra la Sociedad Mancomunada y una colección de retratos de reyes polacos que realizó en sus últimos años de vida

La batalla de Grünwald (1878)

En cuanto a la pintura como tal, es un óleo que se encuentra en el Museo Nacional de Varsovia. Matejko la realizó entre 1872 y 1878. En el centro de la pintura se representa al Gran Duque lituano Vitautas el Grande, primo y regente del rey polaco Vladislao II, liderando la caballería y la muerte del Gran Maestre Ulrich  von Jungingen.


La batalla de Grünwald (1410), fue un enfrentamiento entre la Orden Teutónica y los ejércitos de la Unión Polaco Lituana. El interés de los teutones era anexar Samogitia (territorio del Gran Ducado de Lituania ubicado en costas del báltico en la actual lituania) para unirse con la Orden de Livonia (asentada en la actual Estonia y Letonia). A pesar de que su argumento de evangelizar a los lituanos había quedado desvirtuado después de la conversión de su rey Vitautas el grande y la cruzada emprendida contra los mongoles -apoyada por el papa Bonifacio IX-, los teutones atacaron. 


El resultado de la batalla fue una clara victoria de la Unión Polaco Lituana pues los más altos cargos de la orden fueron muertos o capturados, mientras que los soldados de a pie fueron masacrados por no tener la posibilidad de ofrecer un rescate. Se calculan 12.000 víctimas mortales, y alrededor de 14.000 prisioneros teutones. Este revés, le costó a la Orden un pago anual de 5 toneladas de plata durante 5 años, y el pago a mercenarios para la defensa de lo restante de sus posesiones prusianas que terminó por minar su poderío económico al interactuar en el comercio de la Liga del Hansa, y político al no contar con la suficiente fuerza militar para imponer sus intereses. Para los lituanos y polacos sentó las bases para una posterior unión dinástica y estatal (Sociedad Mancomunada Polaco-Lituana) y consolidación como estados fuertes en el este de Europa en la baja Edad Media.



Muerte del Gran Maestre (detalle)




Vitautas el Grande (Detalle)

Conclusión
El interés de Jan Matejko  a partir de 1863, año en que se ve frustrado el levantamiento de enero, fue resaltar el glorioso pasado que tuvo Polonia y para ello recurrió a la puesta en escena de batallas y hechos históricos relevantes que conformaron y consolidaron al estado polaco. Esta obra hace parte de un conjunto de pinturas que creaban una conciencia nacional y educaban a la población sobre su historia común, por lo que fue una forma de resistencia ante el proyecto ruso de eliminar la cultura polaca e implantar la propia para uniformizar su imperio. 
Este es un ejemplo de cómo una obra pictórica fue utilizada, y puede serlo, en función de la enseñanza de la historia con unos fines muy bien establecidos (mantener la construcción mental de la nación, la pertenencia a un grupo específico y  buscar la construcción de un estado nación). En este caso las pinturas de Matejko aportaron elementos a los polacos para aferrarse a su identidad frente al intento de rusificación emprendido por el Zar.

viernes, 7 de marzo de 2014

Joyeux noël (2005)



Joyeux noël es una película francesa estrenada en 2005 ganadora del  Leeds International Film Festival en 2005, Santa Barbara International Film Festival  en 2006, Valladolid International Film Festival en 2006, y Political Film Society, USA en 2007.  En ella se retrata la tregua entre franceses, alemanes y escoceses durante la navidad de 1914 y la reacción de la alta oficialidad al ser este un cese al fuego no oficial. Fue escrita y dirigida por Christian  Carion, de quien esta es la cinta más reconocida, entre su elenco resaltan Gary Lewis, Diane Kruger, Benno Fürmann y Daniel Brühl.

Desde el punto de vista histórico y el interés de la enseñanza de la historia la película está muy bien planteada y posee varios elementos que permiten ilustrar el pensamiento de la época, el caracter nacional que tuvo la Primera Guerra Mundial y el papel de la propaganda en la formación de los soldados.

La tregua de navidad en el frente oeste, 1914.
(The christmas truce on the western front, 1914. consultado 06/03/14 en Imperial War Museum http://www.iwm.org.uk/collections/item/object/205022262)
El primero de los elementos que valdría la pena resaltar es cómo al inicio de la película se presentan en una escena 3 niños vestidos a la usanza de sus respectivos países y hablando de las necesidades políticas que tenía cada una de sus naciones. Así, el inglés habla de la necesidad de exterminar la raza alemana, bebés y mujeres sin distinción; el francés resalta la importancia de retomar Alsacia y Lorena; y el alemán presenta a Inglaterra como el único enemigo que tienen en la tierra, el cual cava la tumba de Alemania. En estos argumentos se ejemplifica la rivalidad acérrima entre estas naciones hasta el punto que los niños están siendo educados dentro de un sistema con fines claramente políticos, y que al convertirse en adultos tendrán posturas guerreristas, obviamente impuestas por el estado.



El segundo elemento a resaltar sería el caracter nacionalista que toma la Primera Guerra Mundial. Anteriormente las guerras se libraban entre nobles, reyes y miembros de las élites que costeaban sus fuerzas militares, pero la Gran Guerra, como se llamó en su momento, fue el primer enfrentamiento en el que los pueblos llanos se enfrentaron entre ellos. Este punto está muy bien representado en la película, los jóvenes escoceses y un sacerdote se enrolan de manera voluntaria; mientras que en el caso alemán se ejemplifica con un famoso cantante que se une al ejército en el primer llamado. Esta masiva afluencia de gentes del común a las fuerzas militares de cada nación hizo que el enfrentamiento desbordara las previas movilizaciones de tropas, y al igual que los efectivos de cada fuerza militar, el número de bajas también fue mayor.

El tercer el elemento es la propaganda que se desarrolla desde cada uno de los estados para enardecer los pueblos y que se respalde así la guerra dentro de la política interna, promoviendo el enlistamiento masivo. Esta propaganda ya se presentaba desde la educación impartida a los niños, pero por medio de carteles, periódicos, mapas que presentaban disputas territoriales, discursos, libros, etc. Desde la película el elemento propagandístico que más cabría la pena resaltar es el papel de la religión, pues al finalizar la película las tropas de relevo escocesas reciben un sermón en el que se les dice que  tienen la espada de Dios y son los defensores de la civilización misma, las fuerzas del bien contras las fuerzas del mal, llegando a compararla con una cruzada o guerra santa para mantener la libertad del mundo. Se presenta a los alemanes como unos bárbaros que destruyen ciudades y asesinan a todos sus habitantes por lo que el deber de las tropas escocesas es matarlos a todos.


Dado que la tregua no fue pactada por ningún representante oficial del gobierno de ninguna de las naciones en conflicto, el cese al fuego fue muy mal visto por parte de la alta oficialidad, por lo que se implementaron rotaciones de las unidades militares para evitar que los soldados se familiarizaran y entablaran relaciones con el enemigo. Esta medida es muy bien representada en la película, las tropas escocesas son relevadas y el comandante alemán junto con su regimiento son enviados a la frontera oriental para enfrentarse al ejército ruso.

La película como tal no se centra en ningún tipo de modelo educativo o pedagógico, sin embargo, posee una muy buena puesta en escena que posibilita que valiéndose de ella se ilustren elementos muy característicos de la Primera Guerra Mundial que permitirían una mejor comprensión de esta, como lo sería la mentalidad expansionista, el nacionalismo, la propaganda y discursos para diferenciarse del enemigo. La película podría ser implementada para explicar qué causas llevaron a la Primera Guerra Mundial y las tensiones entre las naciones si se logra contextualizar apropiadamente a quienes vaya a ser presentada.